El impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania en América Latina

Sofia Pastor

Las últimas semanas han amenazado el orden mundial post Guerra Fría. El 24 de febrero, Putin lanzó una invasión que llamó “operación militar” en Ucrania con la intención de amenazar a la región post soviética con graves consecuencias a la soberanía del pueblo ucraniano.

El presidente ruso, tras desplegar miles de soldados a la frontera ucraniana, convirtió un conflicto regional geopolítico en un atentado directo contra la democracia occidental. Tras el conflicto, los países occidentales y sus aliados impusieron un arsenal de sanciones económicas contra Rusia, desde el bloqueo de activos y medidas para paralizar el sector bancario hasta la prohibición de compra de petróleo ruso, aislando efectivamente a Rusia de sus socios comerciales por lo que Joe Biden describió como un “ataque premeditado” a una nación libre.

Una de las regiones que verá los efectos de este conflicto es América Latina. Cuando el presidente Joe Biden anunció el paquete de medidas contra Rusia, el precio del petróleo alcanzó su máximo valor. Esto se debe a que Rusia es uno de los mayores países exportadores de petróleo. Con un petróleo tan caro, todo sube de precio, ya que el petróleo es la base del transporte de los productos. 

Para América Latina y el Caribe, es probable que los altos precios de las materias primas aceleren la inflación. Según el FMI, el aumento de los precios del petróleo afecta a los importadores de América Central y el Caribe, pero los exportadores de petróleo, cobre, mineral de hierro, maíz, trigo y metales pueden cobrar precios más altos por sus productos, anulando el efecto de crecimiento.

La interdependencia energética, y una economía cada vez más globalizada, hace que conflictos como este amenacen la inversión y el crecimiento de las economías de todo el mundo. Venezuela por ejemplo, es uno de los aliados comerciales y militares más importantes de Rusia en América Latina. Esto podría significar un riesgo, sabiendo que los lazos militares con Venezuela le dan a Rusia una entrada directa a la región. Asimismo, antes de la invasión, Alberto Fernández, presidente de Argentina, y Bolsonaro de Brasil, se reunieron con Putin en Moscú en una visita oficial donde firmaron acuerdos de cooperación.

Argentina y Brasil, si bien no han apoyado explícitamente a Rusia en la guerra, sí han tenido un fuerte acercamiento a raíz de la crisis que les causó la pandemia. Alberto Fernandez incluso declaró días antes de la invasión que Argentina sea la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica. Cuba y Nicaragua también tienen fuertes lazos con Rusia y se encontraron entre los pocos países de latinoamérica que no apoyaron la resolución de la Asamblea General contra la invasión rusa de Ucrania. Por lo tanto, las acciones de Rusia no se limitan a sus vecinos.

Las débiles instituciones en América Latina son más susceptibles a la inestabilidad política. La crisis económica puede causar descontento social que puede socavar la estabilidad democrática. Una volátil región arraigada a la corrupción y desigualdad es más vulnerable a sufrir indirectamente los efectos de un conflicto que ha alterado las relaciones internacionales.•