Reflexión del Primer trimestre

Ivanna Ramazzini, Spanish Editor

Uno piensa que estar en la comodidad de su hogar sería más fácil que salir al mundo todos los días con la misma rutina. Pero era esa misma rutina que nos mantiene enfocados y activos. La pandemia nos ha afectado a todos de diferentes formas, en particular a los estudiantes de la secundaria. La escuela a distancia nos ha permitido crear nuestros propios horarios y ser responsables por uno mismo. Esas habilidades son cruciales para el futuro donde tendremos una vida laboral. Es una preparación muy buena que salió por casualidad. 

Sin embargo, la escuela se vuelve parte de la vida del hogar. No hay separación. En la escuela presencial, teníamos la oportunidad de poder separar estos dos mundos. Esto nos ha causado estrés. Personalmente, hay tiempos donde he perdido la motivación de estar en clase. Yo nunca fui una persona que amaba pasar horas en la computadora pero me tuve que acostumbrar. Este tiempo me volvió adaptable a nuevas situaciones y por eso estoy agradecida.  Extraño las tradiciones escolares y poder ver a mis compañeros. Eso me mantenía ansiosa por aprender. 

El primer trimestre de este año escolar, 2020-2021, baje la guardia. En mi mente, pensé que habría la misma estructura que hubo al principio de la cuarentena. En ese entonces me pasaba desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche completando trabajo. En la mayoría de las clases solo nos mandaban trabajo para mantenernos ocupados y por lo general, no aprendía nuevo material. Estaba cansada pero era relativamente fácil conseguir una calificación alta. 

Estoy en mi último año de secundaria, el año donde más importan las calificaciones para entrar a la universidad. Mis notas bajaron cuando más importaban. Las notas del final del año 2019-2020 fueron una forma de compadecerse con los estudiantes porque estaban pasando una transición desafiante.

 Ahora, se ha disminuido el trabajo sin sentido. Esa es una muy buena noticia pero seguimos con la misma rutina de estar prendidos a la computadora todo el día. Estoy de acuerdo que la escuela necesita más estructura ahora que en otros momentos pero es difícil enfocarse cuando las clases virtuales se vuelven tu vida completa. Me levanto y hago tareas, tengo clases, luego hago más trabajo y el ciclo se repite. 

Cuando recibí mi boleta de calificaciones me sentí decepcionada de mi misma. Tengo solo dos clases pero siento un peso más grande de lo que debería con ellas. No me imagino como  es para los estudiantes que tienen horario completo. Durante estos últimos meses me pesaba entrar a clase y luego quedarme haciendo tareas. Para no estresarme me ponía hacer otras cosas como hacer ejercicio, pintar y hablar con familia y amigos. Mi emoción estaba dirigida hacia eso. 

Últimamente me he puesto rígida con mi horario de escuela. Me enfoco en casi solo mis clases. Lunes, Martes, y Viernes son mis días de enfoque solo en la escuela. El jueves me enfoco en clases y luego trabajo en una organización llamada “The Young Women ‘s Project”. Miércoles hago trabajo en la escuela pero me limito a solo una hora porque el resto del día lo tomo para mi. Estoy aprendiendo a manejar la escuela a distancia poco a poco. Es un aprendizaje continuo. Estoy segura que todos aprendemos algo nuevo todos los días, académicamente y personalmente. Estamos en este proceso juntos. Nos apoyamos mutuamente. Saldremos de esta juntos y seremos más fuertes por ello.