La complejidad de las elecciones postfranquistas

Sofia Uriagereka-Herburger, Magazine Editor

La situación española se compara frecuentemente con la política alemana o italiana, debido a situaciones relativamente comparables durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los tres países eran controlados por sus propias dictaduras militares fascistas. La diferencia clave es que en vez de derrotar a Francisco Franco, el Caudillo de España, o de apoyar al pueblo español, el estado americano y el imperio británico decidieron apoyar al dictador. La Unión Soviética ofreció apoyar al ejército ciudadano español, en gran parte porque la resistencia republicana era comunista. Temiendo a Stalin y la teoría Dominó, Winston Churchill y Dwight Eisenhower decidieron respectivamente ignorar y apoyar a la dictadura económicamente. Por esta decisión, España, y las comunidades históricas, vivieron bajo un régimen brutal hasta la celebrada muerte de Franco en el ‘75.  

La represión de Franco fue primariamente dirigida contra los grupos izquierdistas y minoritarios del país y las comunidades autónomas, que para entonces se conocían como comunidades históricas. El país vasco, Euskal Herria, fue impactado. Su lenguaje, el euskera, se hizo ilegal, al igual que su bandera, la ikurriña. De ahí, se creó el grupo separatista e izquierdista Euskadi Ta Askatasuna, (el País Vasco y Libertad), o ETA, como una reacción a las muertes, torturas, desapariciones, y encarcelamiento de vascos por parte del estado español bajo Franco. La situación empezó violenta, y terminó así. Aprovechando de un golpe de estado militar en 1981, el partido socialista, que ganó en las elecciones nacionales, como acaba de ganar este abril, fundó GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), un escuadrón de la muerte paramilitar que empezó lo que se conoce como “la guerra sucia”.

En un contexto de tensión pasada, y en plena actividad del movimiento independentista catalán, está ha sido la tercera elección nacional en cuatro años. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó el 28,7% de los votos, lo cual le dio al partido 123 escaños, casi el doble del grupo conservador, el Partido Popular (PP), que ganó el 16,7% y 66 escaños. Esta elección vio una subida en votos izquierdistas, pero también una presencia ultraderechista comparable solo a los defensores de la memoria de Franco, representados por el partido pequeño de Vox. Aunque solo ganaron el 10% de votos y 24 escaños, sus ideas son chocantes. Vox, y algún nivel el PP, que nunca ha cuestionado el pasado franquista, quieren un regreso al nacionalismo y puro fascismo de la Segunda Guerra Mundial. Bajo el PP, España, Inglaterra, y los EEUU se involucraron en la guerra “contraterrorista” en Iraq. El PSOE está usando una estrategia radicalmente diferente- para ganar el apoyo de los grupos izquierdistas que exigen autonomía e independencia de España, como el Partido Vasco Nacional (PVN) o los republicanos izquierdistas de Catalunya (ERC), el PSOE propone exhumar el cuerpo de Franco del monumento al fascismo donde lo tienen enterrado en Madrid.

Las predicciones para estas estrategias en práctica no son muy optimistas. El PSOE se aprovechó del apoyo de los grupos autónomos independentistas para ganar los votos y escaños que tiene, pero las colaboraciones no parecen terminar iguales. No le conviene al PSOE que Catalunya se separe de España, particularmente cuando el tema está firmemente basado en la economía. Catalunya era antiguamente un imperio, y todavía mantiene una burguesía significante. Aunque hay nacionalistas catalanes tradicionales, la mayoría de seguidores del movimiento independentista están de acuerdo porque Catalunya contribuye mucho a la economía ibérica, a nivel de industria, turismo y exportación. Tampoco se puede ignorar los izquierdistas antimonarquistas catalanes, que exigen una reforma constitucional, y que acaban de ganar sus elecciones desde la cárcel, lo que indica que hay una posibilidad de que el ERC apoye a una república española, en vez de a la monarquía corrupta bajo la cual viven. La situación está muy tensa, y las acciones sin sentido que el PSOE ha tomado anteriormente dejan a muchos dudando que los partidos colaboren de manera equitativa. Pero sin duda, el tema más importante de estas elecciones será cuánta gente ha escogido votar para manipular el presente y regresar a un pasado sangriento.