Hoy en día existe el fenómeno de los  “ipad kids”: los que no pueden despegarse de la pantalla, con el volumen a toda. Antes de ellos eran los niños que nunca podían soltar el libro que estaban leyendo. 

Hay formas innumerables en las que los niños puedan escaparse a su propio mundo, pero con él tiempo se han vuelto más simples, menos enriquecedores, y que atrapan a los jóvenes en un ciclo en que auto producen un déficit de atención. Ya es moda entre mis compañeros alardear sobre no haber leído un libro que no fuera requerido por el colegio.

Yo no soy de esas personas que pasan todo su tiempo leyendo un libro, sin embargo, cuando encuentro un libro que me atrae la atención, lo único que quiero hacer es pasar a la siguiente página. Cualquier obra de literatura tiene valor intelectual, solo basta familiarizarse con la inmensa cantidad de estudios que discuten los beneficios de la lectura.

Quizá el desinterés viene de la actitud infantil de burlarse de los “nerds” de la clase, pero muchas personas de mi edad toman una posición anti-intelectual porque es la moda más actual.

Muchos se resignan a una vida sin lectura, no son de los que pueden sentarse un rato a disfrutar un libro. Como una adolesente que pasa demasiadas horas pegada a la pantalla reconozco que es difícil encontrar un libro que realmente llame la atención. Lo único que se necesita es un rato en la biblioteca y un poco de paciencia para descubrir un libro.

Hacer algo que es bueno para tu salud no siempre es fácil. Por ejemplo, no todos sienten la euforia o adrenalina cuando salen a correr, pero se ha hecho una competencia de quien ha sidon el más rebelde. Quien se acostó más tarde, quien pasó más tiempo con el celular, quien hizo la menor cantidad de tareas, quien rumbeó más. Aunque yo he participado en esta “competencia” yo he aprendido que cuidarse a si mismo es como “ganar” la competencian y leer es lo más fácil que se puede hacer.

Una sugerencia para empezar: “Paula” de Isabel Allende es un libro que disfruté mucho y que puede atraer a muchos lectores.